como vender una enciclopedia a un usuario de Internet

¿Cómo vender una enciclopedia a un usuario de Internet?

Se nos propone un reto bastante difícil. Esto al lado de vender hielo a un esquimal es como comparar un elefante con una hormiga. Pero creo que todo (o casi todo) tiene respuesta, veámoslo.

El ocaso de las enciclopedias

Hace mucho mucho tiempo (en realidad no tanto) la gente que quería información para realizar cualquier tipo de trabajo de investigación usaba libros para poder encontrarla. Tiempos de biblioteca, en los que acababas con dolor de brazos de cargar libros y con las yemas de los dedos casi desgastadas de ojearlos… ¡Hasta que por fin dabas con el adecuado!
La información (básica) fluía como un rio y sabia a gloria. Que placer cuando lo encontrabas y que cruz el volver a colocarlos todos en su sitio.

¡Yo he buscado algo en una enciclopedia!Tweet it

Luego, que yo recuerde, llegó la famosa «Encarta». Se abría un nuevo mundo, algo que parecía definitivo. Con el peso de un CD (menudo alivio para los brazos), una instalación y con tan solo poner una palabra en la casilla y darle a buscar te daba los resultados que querías; o los que le daba la gana. Que ahorro de tiempo, que cantidad de veces leería el profesor las mismas palabras fruto de un copia y pega multitudinario. Después de esto, empezó el ocaso de las enciclopedias y el polvo pasó a ser su mejor amigo.

Cuando parecía que todo iba a continuar así, llegó Internet, el rincón del vago y la habilidad de transformar textos (venga, que todos lo habréis hecho alguna vez). Pero esto es una historia que ya conocéis.
Poco después empezó a calar esto de Internet entre la gente, se llenó de contenido (y de spam) y poco a poco hemos llegado a un mundo de Infoxicación; en el que vivimos actualmente.

Con las enciclopedias no había Infoxicación

Lo bueno (o malo, según se mire) de las enciclopedias era que cuando encontrabas algo te quedabas con ello y pasabas a otra cosa; aunque te mintieran o los datos no fueran concisos te lo tragabas.

Ahora navegamos entre textos, entre imágenes y acabamos saturados; sin saber muy bien con cual respuesta quedarnos. Por lo que, a nuestro criterio, seleccionamos lo mejor y aunamos todo el contenido para unificarlo en nuestra respuesta. Por tanto, ¿Hasta qué punto es buena la infoxicación?

Para quién no lo sepa, la infoxicación es el exceso de información.

La infoxicación nos ha hecho muy selectos y a veces esa saturación llega a ser un problema.Tweet it

¿Después de todo esto quién va a querer una enciclopedia?

Vayamos al grano, veamos que «posibilidades» tendríamos para poder vender una enciclopedia en los tiempos que corren. Mis conclusiones son:

Si el cliente es algo mayor, una forma de venta puede ser la nostalgia (y la lastima del vendedor a puerta fría) de recordar aquellos tiempos en los que era necesario buscar cualquier tipo de información en un libro. Algunos jóvenes pensarán que esto nunca se ha hecho pese a lo que hemos hablado antes.

¿Pero y si nuestro cliente es joven? Hemos hablado de la infoxicación que nos rodea. Es un problema bastante importante y el hecho de clasificar la información nos puede llevar bastante tiempo (y hay gente que no quiere perder ni un minuto de su tiempo).
Pero, ¿y si creamos enciclopedias con una curación de contenidos muy cualificada y con un contenido muy accesible y clasificado?

Se me ocurren dos tipos:

  • Una enciclopedia digital, con enlaces para ampliar información a quién lo necesite (algo bastante más reducido que Wikipedia).
  • Una enciclopedia en papel, pero no como la tradicional, insertando más imágenes e incluso infografías que nos hagan asimilar mejor la información.
Dos maneras de vender una enciclopedia a un usuario de Internet.Tweet it

Por ejemplo, si veo a Wikipedia haciendo esto. Ya que no paran de pedir donaciones, ¿por qué no podrían crear una enciclopedia digital offline (en pdf por ejemplo) más especifica? Si la ofrecen a un precio asequible o con donaciones (siempre que se ofrece algo a cambio aumentan las donaciones) se obtendrían beneficios. Estoy seguro que la compraría bastante gente.
Tampoco descartaría una en papel, hay mucha gente que le gusta todavía sentir el tacto de papel en sus yemas (habría que estudiar esa segmentación de mercado).

¿Y tú como le venderías una enciclopedia a un usuario de Internet?

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